Ser donantes

Donar órganos salva vidas

El 30 de mayo se celebra en nuestro país el Día Nacional de la Donación de Órganos, en conmemoración del nacimiento del hijo de la primera paciente que dio a luz después de haber recibido un trasplante en un hospital público.

Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, este año, hasta el mes de mayo, se llevan realizados 529 transplantes pero aún 7329 personas necesitan uno para salvar su vida en este momento.

Un transplante es el reemplazo de un órgano enfermo por otro sano cuando no existe posibilidad de recuperarlo por otros medios. En Argentina, se realizan transplantes de riñón, hígado, corazón, pulmón, páncreas e intestino. Cada transplante sólo es posible gracias al acto solidario de donar.

¿Quiénes pueden ser donantes?

En nuestro país existe la Ley del Donante Presunto que establece que toda persona es donante excepto que exprese lo contrario. Sin embargo, resulta fundamental poder manifestar la voluntad de donación y conversar con familiares y amigos sobre esa decisión para que cumplan con el deseo.

Todas las personas pueden ser donantes, podés manifestar tu voluntad de donar de manera gratuita a través de la app Mi Argentina. En este enlace podés ver cómo: ¿Cómo manifestar mi voluntad de ser donante?

¿Ser donantes implica que luego del fallecimiento sí o sí mis órganos serán donados?

No necesariamente, la posibilidad de ser donante se da en 4 de cada 1000 fallecimientos. Esto es porque para que se pueda realizar la donación, el fallecimiento tiene que haber sucedido en terapia intensiva de un hospital, ya que allí se garantiza que los órganos fueron correctamente preservados para que sean viables. Es importante destacar que la donación no altera la apariencia de la persona fallecida, los órganos se extraen mediante un procedimiento quirúrgico que no modifica el aspecto externo del cuerpo.

Por otro lado, también existe la posibilidad de realizar una donación en vida de riñón e hígado, siempre y cuando no afecte la salud del donante y exista un vínculo familiar con el receptor.

Cada donación es un pequeño renacer y sólo es posible gracias a la voluntad de los y las donantes. Donar no sólo salva vidas, sino también las transforma.