Elegí salud, no tabaco

La salud pulmonar es fundamental para tener bienestar y una buena calidad de vida y el humo del tabaco la afecta directamente, tanto la de las personas fumadoras como la de las que no fuman.

Según la Organización Mundial de la Salud el tabaquismo es la primera causa de muerte prevenible en los países desarrollados y también la causa más importante de años de vida perdidos y/o vividos con discapacidad. Mata en el mundo a más de ocho millones de personas cada año. Más de siete millones de esas muertes se deben al consumo directo del tabaco y aproximadamente 1,2 millones al humo ajeno al que están expuestos los no fumadores. Se calcula que sólo en Argentina mueren cada año 40.000 personas por esta causa.

¿Cómo afecta a la salud?

Está directamente relacionado con la aparición de muchas enfermedades, fundamentalmente:

Distintos tipos de cáncer: de pulmón, laringe, faringe, riñón, hígado, vejiga, entre otros;
Enfermedades cardiovasculares: infartos, ACV, aneurismas;
Enfermedades respiratorias: bronquitis crónica, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), e infecciones respiratorias reiteradas.
Además, en las mujeres el tabaquismo tiene graves consecuencias en el sistema reproductor.

El contexto que estamos atravesando aumenta los riesgos para las personas fumadoras ya que el COVID-19 es una enfermedad infecciosa que ataca principalmente los pulmones y el tabaquismo deteriora la función pulmonar, lo que dificulta que el cuerpo luche contra esta y otras enfermedades. Además, las personas que padecen enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, el cáncer, algunas enfermedades respiratorias o diabetes, tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves en caso de verse afectadas por el COVID-19 y el consumo del tabaco constituye un factor de riesgo importante.

Nunca es tarde para dejar de fumar

Abandonar el consumo de tabaco es una de las decisiones más saludables que podemos tomar. A los 20 minutos de dejar de fumar se reducen la tensión arterial y la frecuencia cardíaca elevadas. A las 12 horas, el nivel de monóxido de carbono en el torrente sanguíneo vuelve a la normalidad. A las 2-12 semanas, mejoran la circulación y la función pulmonar. A los 1-9 meses se reducen la tos y la disnea.

Les acercamos algunos consejos para dejar y mantenerse sin fumar:

Pensar en los beneficios que tiene dejar de fumar tanto para tu salud como para los que te rodean.
Poner una fecha para dejar de fumar y prepararse para eso, tirando las cajas de cigarrillos y ceniceros.
Comunicar al entorno la decisión puede ayudar a obtener estímulo y contención.
Si se necesita, solicitar asesoramiento de un profesional de la salud.
Mantener manos y mente ocupadas.
Realizar ejercicios físicos y practicar técnicas de relajación para frenar el deseo de fumar.
Modificar los hábitos y las costumbres que están asociadas al cigarrillo.

Nos sumamos a la campaña de la OMS contra el tabaco y les aseguramos que la vida está llena de momentos que te quitan el aliento, no dejes que el tabaco sea uno de ellos.